Un clásico nocturno de Jim Jarmush
Además de ser dos elementos básicos de la música de la ciudad, estas canciones representan una pobre dicotomía negra y blanca que Jarmusch encuentra central en la identidad de Memphis: es la raíz de las tensiones raciales históricas de ambas ciudades y su cultura musical sorprendentemente integrada.
Lo que tenemos es una meca llena de leyendas y decadencia urbana (las dos las podemos ver en la toma donde Joe Strummer pasa conduciendo por el destartalado y abandonado estudio de grabación de Stax Records, hogar de las legendarias grabaciones de Otis Redding, Isaac Hayes, Booker T & The MGs, Sam y Dave). Vemos la famosa casa del «sonido Stax» parada como una antigua ruina ateniense en una solitaria noche en la ciudad.
A veces, la leyenda de Memphis se convierte en algo fugaz e inconscientemente real.
Vemos a Joe Strummer interpretando a Johnny en un billar, borracho y cantando «The Memphis Train» de Rufus Thomas en la rocola. A pocos minutos del inicio de la película, en una escena, un hombre con una camisa hawaiana pide a la pareja japonesa un encendedor para su cigarro.
Desconocido para todos los que no están íntimamente familiarizados con la música soul de la ciudad, el hombre del cigarro es el mismísimo Rufus Thomas.
En otros casos, la leyenda parece haber trascendido la realidad, como con Elvis Presley.
El Rey se ha convertido en una presencia espiritual que se cierne sobre la ciudad y durante toda la película.
Uno se pregunta si alguna vez fue real, o simplemente una repetición de una presencia que ha existido desde que el tiempo comenzó, una parte de Dios.
Su siempre presente y etérea grabación de «Blue Moon» le da a la película su inquietante calidad embrujada. Esto acompañado de la introducción de un Tom Waits nocturno hablando por el radio de Roy Orbinson, Elvis y esas canciones que suenan mejor a ciertas horas de la noche, porque es cuando más les prestas atención.
El Rey esta en todas partes. Es una visión, esta en lo sueños y en las leyendas urbanas de la ciudad. Si Elvis fuera un fantasma es seguro que brillaría y su traje sería de oro.
El culto a el Rey es en serio, su fotografía cuelga de la habitación del hotel como un corazón bendito de la pintura de Cristo. También esta la famosa historia del «Peine de Elvis» como una reliquia religiosa y cuenta una historia que sugiere que vive.
Joe Strummer está plagado de personas que lo llaman ‘Elvis’. «No puedes alejarte de ese puto tipo», dice.
Y luego está Screamin ‘Jay Hawkins, elegante y de traje rojo, que es el jefe del Hotel y esta cómodo como Satanás sobre las puertas del infierno. Hawkins, quien tuvo un éxito con «I Put A Spell On You» y solía aparecer en el escenario desde un ataúd con ruedas, fomentado una imagen oscura y temerosa implícita de Rock N ‘Roll.
¿Es este el demonio con el que Robert Johnson caminó lado a lado?
El sello de Jarmush es el hecho de que puede capturar escenas aburridas y hacerlas extremadamente visibles. Te hace (al menos a mí) pensar en la interacción humana en una forma tan cruda.
Todos sus personajes tienen tales personalidades sin decir demasiado, es fascinante verlos interactuar porque generalmente son totalmente opuestos.
Además, él solo sabe cómo hacer películas con un ambiente tan genial, que hasta da ganas de verlas con lentes obscuros. Como es típico en el trabajo de Jarmusch, la acción se desarrolla a un ritmo pausado, y no sin humor.
La unión de culturas de la película es un tema popular entre el director, y uno que volvería a utilizar en su próxima pieza de antología, «Night On Earth».
Es cierto que Jim Jarmusch es un gusto adquirido, pero «Mystery Train» probablemente atraiga a más personas, aunque solo sea por la banda sonora.
Tiene una de las mejores bandas sonoras que jamás haya escuchado. Y si esto no es suficiente para convencerlos, el elenco esta formado por Masatoshi Nagase, Youki Kudoh, Rick Avilés, Joe Strummer, Nicoletta Braschi, Elizabeth Bracco y Screamin ‘Jay Hawkins con grandes actuaciones y el plus de Tom Waits como locutor de radio.
Además hay cosas que honestamente puedo decir que he experimentado, una pizza mala y sexo malo pero nunca una película mala donde este Steve Buscemi.
Jarmusch crea un misticismo alrededor de la ciudad de Memphis, como si fuera un lugar sagrado y sobrenatural: la estructura de la película sugiere que somos simples transeúntes.
Al final, el Tren de los Misterios que nos lleva a esta meca nos sacará, y nos queda solo una memoria desconcertante y profunda, que puede significar todo o nada en absoluto.
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Una respuesta a “Mystery Train: Una noche en Memphis, Tennessee”
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