Hay veces cuando el dolor hace que las palabras sean inadecuadas, la música puede dar voz a una emoción visceral abrumadora.
La música siempre se ira de la mano con todas las expresiones emocionales: alegría, tristeza, celebración y ritual. Pero en el dolor se encuentra la voz más punzante de la música. En particular, el dolor ineludible del duelo y la mortalidad humana parece requerir acompañamiento musical. A veces, la música que rodea a la muerte nos dice tanto sobre los dolientes como sobre los muertos.
La música se ha convertido en una parte tan integral de nuestras vidas que es difícil imaginar vivir sin ella. No se sabe cuánto tiempo ha sido la música parte de la existencia humana.
Es por eso que desde un simple canto, un aplauso hasta fuertes guitarras de rock pueden ser el acompañamiento para el final de una vida y la canción inicial para el principio de otro viaje.